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La inspiración para actuar: Invictus.


El cine como disciplina creativa no sólo es ficción sino también interpretación de la vida. El film Invictus nos revela parte de la estrategia que implementó Nelson Mandela para iniciar el proceso de unificación entre blancos y negros sudafricanos bajo un solo proyecto de nación después de la abolición del apartheid, una de las infamias más vergonzosas de la historia contemporánea. El argumento se desarrolla durante la Copa Mundial de Rugby realizada en Sudáfrica en 1995. Mandela, un visionario político, se acerca al capitán del equipo nacional de Rugby, Francois Pienaar, para motivarlo en la competencia por el campeonato.
Morgan Freeman encarna la inteligencia y la sabiduría del presidente Mandela durante una etapa de transición llena de fricciones. Las profundas reflexiones sobre el liderazgo en la actuación de Freeman contrastan con las prolongadas secuencias del juego de rugby que no logran transmitir plenamente la emoción de una competencia de copa mundial. Matt Damon consigue caracterizar el cambio de actitud como líder que tiene a lo largo de la película Francois Pienaar, capitán de los Springboks. El film se basa en un hecho histórico pero va más allá de eso y nos muestra la importancia que tiene la inspiración para desarrollar toda nuestra capacidad.
En una época en donde pocas películas interpretan la historia reciente, Invictus nos muestra un aspecto de la visión de Mandela que contribuyó a impulsar el cambio en Sudáfrica. Además, la película nos describe cómo influyen la poesía y los ideales en las decisiones humanas. Sin caer en las sensiblerías, Clint Eastwood, el director de la película, reivindica la vocación humanista del cine y nos demuestra que éste puede revelarnos la dimensión subjetiva de la historia.

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